Ok, nunca fui de las personas más tranquilas del mundo. Siempre me identifiqué más con la Evita enojona (aunque yo sea más piquetera que otra cosa) que con la Reina Blanca de Alicia en el País de las Maravillas. Pero nunca pensé que el delirio hormonal generado por el proceso reproductor hicieran de mi una verdadera barra brava. Entiendo que el hecho de vivir en una sociedad más tranquila (o al menos callada) como la chilena en comparación con la Argentina hicieron que mis instintos de ira se potenciaran. Entiendo también que cuando uno va por la vida como un globo aerostático, cualquier tipo de injusticia te pone más sensible...pero yo realmente a veces me quiero ir a las manos con la gente. Qué es "irse a las manos"?pelearse, romperle algo por la cabeza, tirar piedras...en fin, cualquier acto que haga que el sujeto receptor y productor de mi ira se vea afectado por todo mi accionar. Sí, me volví una verdadera jodida,,,
Es que cuando uno ve a un boludo o boluda sentada en el asiento donde dice (grande como una casa) "preferencial" y vos vas tratando de que tu panza no sea tocada por ninguno de cien pasajeros que te rodean en hora pico en el subte...te agarra un gran dolor de panza...la presión empieza a subir, tus ojos se enfocan de tal manera que al desubicado de turno no lo perdes de vista ni por un segundo y, hasta les podría decir, uno intenta que la cabeza le explote al mejor estilo la película Scanner (me saltó la ochentera...).
Obviamente, lo mismo pasa con las cajas en los supermercados para embarazadas o personas con algunas discapacidad. Pero creo que a veces, más allá de que existe la injusticia en sí, yo voy buscando hacer lío con la mejor pose de Papá Noel (o viejo Pascuero, como dicen en Chile): con las manos en la cintura, haciendo equilibrio en dos pies (sí, lo aclaro porque tengo dos macetas) y sacando panza.
El último momento intenso de mi vida embarazosa fue cuando el portero del edificio de mis suegros fue sorprendido por mi novio y por mi pegándole a un chico de 12 años. Y esto a cinco escalones de distancia con la escena del hecho, las cuales subí de forma instantánea impulsada por la bronca del acto.
Cuento corto: además de putearlo, de amenazarlo con llamar a la Policía, casi me voy encima del hombre sesentón que con un alto grado de caradurísmo me decía que "estaba enfermo y que el chico lo había puteado". Tal habrá sido el colorado de mi cara que mi novio me tuvo que subir a los tumbos al ascensor para que culminara la escena.
Es que cuando uno ve a un boludo o boluda sentada en el asiento donde dice (grande como una casa) "preferencial" y vos vas tratando de que tu panza no sea tocada por ninguno de cien pasajeros que te rodean en hora pico en el subte...te agarra un gran dolor de panza...la presión empieza a subir, tus ojos se enfocan de tal manera que al desubicado de turno no lo perdes de vista ni por un segundo y, hasta les podría decir, uno intenta que la cabeza le explote al mejor estilo la película Scanner (me saltó la ochentera...).
El último momento intenso de mi vida embarazosa fue cuando el portero del edificio de mis suegros fue sorprendido por mi novio y por mi pegándole a un chico de 12 años. Y esto a cinco escalones de distancia con la escena del hecho, las cuales subí de forma instantánea impulsada por la bronca del acto.
Cuento corto: además de putearlo, de amenazarlo con llamar a la Policía, casi me voy encima del hombre sesentón que con un alto grado de caradurísmo me decía que "estaba enfermo y que el chico lo había puteado". Tal habrá sido el colorado de mi cara que mi novio me tuvo que subir a los tumbos al ascensor para que culminara la escena.
Claro que se llamó a las autoridades y demás pero la bronca no se me pasó hasta...bueno, todavía sigue un poco. Por eso, gente sin panza OJO con meterse con una embarazada...esos seres, que les hacen recordar a las muñequitas glotonas de las películas con las mejillas coloradas, pueden estar deseándole el castigo más doloroso, si se le llega a ocurrir hacerse el boludo en el asiento preferencial...ok?